Aquello que a ojos abiertos parece inexistente pero al tornarlos negros todo está ahí.
Lúcida ceguera.
Aquello que la luz del día esconde pero en cuanto la soledad asalta el fondo todo emerge del lugar en el que se escondía.
Lúcida ceguera.
Aquello que sólo a corazón abierto se manifiesta…
Sí. Cual perro lazarillo aparece.
No necesitas más, ciérralos.
Mantén el alma despierta.
(Foto: Jan Saudek)
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