No sé, abro la ventana y veo el viento.
Sí, veo el viento.
Muchos dicen que es invisible pero yo no estoy de acuerdo. El viento tiene sus formas, sus colores... sus olores. El viento también tiene sus cosas, oye.
Por ejemplo, aunque la tarta de manzana del McDonalds esté descatalogada, yo de vez en cuando la sigo oliendo.
Sí, veo el viento.
Muchos dicen que es invisible pero yo no estoy de acuerdo. El viento tiene sus formas, sus colores... sus olores. El viento también tiene sus cosas, oye.
Por ejemplo, aunque la tarta de manzana del McDonalds esté descatalogada, yo de vez en cuando la sigo oliendo.
Se aparece sobre todo con los vientos primaverales. Se mezcla agudamente con el polen, con los gritos de los niños y con los colores de sus pelotas.
Me imagino a esa Tarta de Manzana-Supercaliente volando con una sonrisa gigante de oreja a oreja y disfrutando de su libertad; riéndose a carcajadas de la represión invernal y agitando la melena sin parar.
Va rapidísimo, va de lo más feliz.
Demasiados c/olores aparecen en el aire como para ignorarlos.
Me imagino a esa Tarta de Manzana-Supercaliente volando con una sonrisa gigante de oreja a oreja y disfrutando de su libertad; riéndose a carcajadas de la represión invernal y agitando la melena sin parar.
Va rapidísimo, va de lo más feliz.
Demasiados c/olores aparecen en el aire como para ignorarlos.
Demasiada energía como para dejarla ir.
No te vayas, ¡no!
Abres la puerta, sales corriendo y te invade con urgencia la necesidad de plantarte frente al viento y decirle:
¡HEY! Para dónde vas, guapo! (jadeas, tragas) ... ¿Me llevas?
Abres la puerta, sales corriendo y te invade con urgencia la necesidad de plantarte frente al viento y decirle:
¡HEY! Para dónde vas, guapo! (jadeas, tragas) ... ¿Me llevas?
Y te lleva. Y lo flipas.
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