Adelante. Ódiame. Hazlo. Me provoca que lo hagas.
Que lo odio y que me encanta, sí. Que es ridículo y que es estúpido, también -Un sinsentido como algún día Dios dijo que lo sinsentidos serían- Pero bien. Lo haces. Me odias. Se te nota o finges francamente bien.
Y me desespera. Y lo odio. Y me arde. Pero sabes qué, me encanta.
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