17 Nov 2010

Te obligaré a danzar a nuestro encuentro.

Y es que corazón, al final tendremos que encontrarnos. Y será inevitable ese cordial, hey! tu por aquí! qué (terrible) casualidad!
Dios mio qué de ojitos puestos en tan pocos segundos por tus pestañotas. Ya sé por qué se enamoraron de ti, en serio. A este paso y como continúes por este sinuoso camino de ondulaciones y curvas, yo también me acabo encaramelando y la liamos y apaga y vamonós y pipitas pa los pollos que son pocos pero hambrientos.
Mon amourrrr -con mucha gggggg- que tanta seriedad envejece, cauliflower, que bailar es más divertido. Y controvertido también, si llegara a ser tu objetivo. Aunque en ese caso también el mio, y más a tu lado, meloncín, para qué decirte que no. Vamos, bailemos entonces, ye. Que aunque parezcas una tablilla de conglomerado seguro que guardas más ritmo que un frutero bien surtido. Siempre es bonito aprender un buen chachachá, hazme caso. Así le gustarás más, por jesusito de nazaret (me beso la uña del dedo gordo derecho) que sí.

No comments: